Hace unos días, mi amigo y compañero Javier Soria, publicó en su blog una entrada bajo el título EL PASTOR DE LAS ESTRELLAS. Hice un comentario sobre dicha entrada, pero no sé por qué razón no salió publicado. Lo hago ahora más extenso. Por cierto, compañero, cada día te superas como escritor. ¡ Enhorabuena !.
Cierto es que hay millones de estrellas que, como diamantes, adornan la inmensidad del negro manto del firmamento. Cierto es, que su comtemplación produce una enorme sensación de paz, de armonía, de insignificancia ante tanta inmensidad. También es cierto, que desde muchos lugares, desgraciadamente no puede disfrutarse de tal espectáculo.
Algo parecido pasa sobre la Tierra. Existen miles, millones de personas que brillan con luz propia. Y no me estoy refiriendo a los grandes actores, o deportistas, o médicos .... No, no. Me estoy refiriendo a personas sencillas, trabajadoras, que tienen dificultades para llegar a fin de mes ... pero que tienen unos valores que las hace brillar como estrellas: regalan amistad, amor, ayudan a los demás, ... . Pero al igual que en el firmamento, hay lugares, especialmente en las grandes ciudades, donde la masificación humana, el estrés, el anonimato, etc., nos impiden ver la cantidad de gente "grande"(estrellas) que tenemos al lado.
Quizás en ocasiones, como hace la Luna con las estrellas, aparezca alguien que pueda apagar un poco la luz de una "persona-estrella". No importa. La estrella tiene luz propia siempre y la Luna la refleja y no siempre. La estrella sale triunfante.
1 comentario:
Me alagan tus comentarios compañero.
No debes de extrañarte al no darte cuenta de la cantidad de estrellas que nos rodean cada día, vivimos, pero no vivimos, vivimos a los cuatro pies, sin disfrutar de cada momento, sólo pensando en lo que nos falta para..., en lugar de disfrutar del presente que como sabes es tan efímero que a veces lo confuncimos con el pasado o con el futuro.
Un abrazo
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