viernes, 12 de octubre de 2007

LO QUE NOS FALTABA

Esta mañana de festivo (es 12 de Octubre), me he despertado a las 8. Durante algunos segundos no sabía dónde me encontraba, si en mi casa de l'Hospitalet en Barcelona o en Marruecos. Desde una mezquita cercana, que no es sino una antigua nave industrial pintada de blanco, llegaban a mi dormitorio los cánticos, por llamarlos de alguna manera, de un "muyahidin" llamando a la comunidad musulmana a la oración. Voces monótonas, repetitivas y molestas. Mi piso está a mas de 200 m. de la mezquita, y he tenido que soportar duante casi 2 horas el machaqueo constante de esos "cánticos"; me pregunto cómo pueden soportar semejante ruído los miles de vecinos del barrio del Gornal que viven a escasos 50 m. de la mezquita.
Por exceso de ruídos la Policía o el Ayuntamiento ha clausurado discotecas y bares, porque molestaban a un grupo reducido de vecinos, con lo que estoy totalmente de acuerdo. Mi pregunta es: ¿Estas mismas autoridades policiales o municipales han de permitir a la comunidad musulmana que moleste a miles de vecinos durante más 2 horas?. Un coche patrulla de la Policía ha estado estacionado unos minutos delante de la mezquita; luego se fue y los "cánticos" siguieron.
No estoy en contra de que los musulmanes hagan sus oraciones, pero dentro de sus mezquitas, sin molestar a los demás, al igual que los católicos hacen las suyas dentro de las iglesias.
Me parece muy bien que se facilite la integración de los emigrantes en nuestra sociedad, pero no a costa de menospreciar la autóctona, a costa de olvidar que hay familias de aquí con dificultades de todo tipo, a costa de molestar a miles de vecinos, etc. Ésto no facilita la integración, sino más bien todo lo contrario.
José M. Jiménez
12 de Octubre de 2007.

domingo, 7 de octubre de 2007

DESENCANTO (Reflexión en voz alta)

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LAS ESCUELAS?
Ya son más de 36 los años que llevo dedicándolos profesionalmente a la enseñanza (y a la educación); 31 de estos años, desde 1976, he trabajado en la etapa de Primaria, en la misma escuela y siempre con los alumnos mayores de la etapa (7º. y 8º. en un principio y 5º. y 6º. actualmente.
¡ Cómo han cambiado las cosas en estos años, válgame Dios !. Algunos cambios han sido positivos, por ejemplo pasar de 40 ó 42 alumnos por aula de antaño a 25 ó 27 como máximo en la actualidad.
Pero en este campo de la enseñanza (y de la educación), también se han producido cambios, a mi juicio claramente negativos; citaré algunos:
** La figura del maestro (prefiero esta palabra a la de profesor), ha pasado de ser alguien respetado, con una función importante en la sociedad como es la enseñanza (y la educación), a ser considerado como un simple "guardador" de niños y, en demasiadas ocasiones, no tan solo NO es respetado, sino que llega a ser agredido verbal y hasta físicamente.
** La despreocupación de un amplio sector de padres por la "marcha" de sus hijos en la escuela es claramente manifiesta; se conforman con tener al niño guardado 5, 8 ó mas horas; y por si eso fuera poco, su presencia en la escuela es para criticar, humillar y en ocasiones agredir al maestro.
** Los alumnos: de tener unas aulas repletas de niños, que mantenían un correcto orden , que eran respetuosos, que mostraban interés por aprender, hemos pasado a aulas menos pobladas, sí, pero con niños que faltan al respeto a sus maestros, desobedientes y con escaso interés por aprender.
** La Administración educativa, que diseña unos sistemas educativos y elabora unas normativas por unos "expertos pensantes" que jamás han pisado un aula y por tanto no conocen la realidad de las escuelas.
Todo ésto y mucho más, hace que mi ilusión por este trabajo a lo largo de muchos años, vaya apagándose poco a poco o quizás más rápidamente de lo deseable.
Me queda muy poco para jubilarme (2 años), pero los jóvenes que empiezan ahora con esta tarea social, o tienen una profunda vocacion por la enseñanza (y la educación) o el estrés y el desaliento acabrá con su salud. ¡Dios no lo quiera!.
José M. Jiménez.
6 Octubre 2007