martes, 31 de julio de 2007

VIAJE A SENEGAL: RECORRIDO

Ésta es una breve explicación del viaje a Senegal realizado entre el 30 de Junio y el 8 de Julio de 2007.

Dia 1º: T
ras cuatro horas de vuelo desde Madrid, llegamos a Dakar. Ya en el aeropuerto comienza a notarse la pobreza del país. Después de pasar el control policial sin ningún problema, llegamos al hotel Novotel; una vez acomodados y tras un corto descanso, salimos todo el grupo (formado por 10 personas) a dar un paseo por la ciudad; paseo nada agradable por el acoso constante de decenas de personas que querían vendernos sus mercancías a toda costa. Después de cenar en un restaurante recomendado por el guía, nos retiramos a descansar no sin antes volver a soportar el agobio de los vendedores camino del hotel.

Dia 2º: Después del desayuno, en microbús realizamos una visita panorámica a Dakar, recorriendo sus principales avenidas, mercados aún no muy concurridos, la catedral, etc.
A continuación embarcamos en un ferry que nos conduciría a la isla de Goree, donde destaca la casa de los esclavos, lugar donde "almacenaban" a los esclavos que después serían embarcados rumbo a América. Impresiona la explicación del responsable de la casa. Después de almorzar en la isla, seguimos rumbo a la zona del Sahel por carretera. A lo largo del recorrido comtemplamos áridas llanuras pobladas de acaceas espinosas, bosques de baobabs, rebaños de cebús, rebaños de cabras, etc.
Llegamos a Lompoul, el desierto más bello de Senegal y
tras una enorme duna alcanzamos nuestro campamento, formados por varias haimas, duchas y lavabos construídos con ramas de eucaliptos; lo que se dice un campamento desértico. Cena en una haima y fiesta alrededor del fuego después; fiesta que siguió en el interior de las haimas; no reía tanto desde hace mucho tiempo. Lástima que estaba nublado y no pudimos ver el cielo estrellado del desierto.

Día 3º: Viaje por carretera hasta Podor, donde nos espera el Bou el Mogdad, barco con el que haríamos un crucero por el rio Senegal. Por la tarde visitamos Podor, que fue un enclave comercial durante la colonización francesa; visitamos su antiguo fuerte, recorrimos sus polvorientas calles y sus mercados y regresamos a bordo del barco.

Día 4º: Navegamos por el río Senegal hasta el Thiangaye, uno de sus afluentes. Por la tarde nos adentramos en barca a motor por uno de los brazos del río hasta llegar a una aldea Toukouler, asentamiento que data del siglo XIII. Sus gentes son muy hospitalarias y nos recibireon con entusiasmo y quizás con curiosidad. Fuimos recibidos por el jefe del poblado y el anciano de más edad (92 años, creo recordar) con quienes departimos durante largo tiempo sentados en el suelo con ellos y rodeados de los habitantes del poblado. Hicimos unos regalos para la escuela del lugar: tizas, cuadernos, lápices, etc. que agradecieron como si fuesen verdaderas joyas. Al atardecer, regreso al barco y después del aseo correspondiente, a la orilla del río Senegal y a la luz de candilejas y de las estrellas, cenamos un exquisito asado con cuscús.

Día 5º: Navegamos hacia la ciudad de Dagana. Poco antes de llegar, en barca alcanzamos la orilla del río y a la sombra de un enorme mango, saboreamos el "Thieb Bou Dieun", plato nacional senegalés compuesto de pescado y arroz con verduras; exquisito. Después de sestear bajo el mango e intentar pescar desde la borda del barco, sin éxito, visitamos Dagana, una pequeña ciudad de la época colonial, de calles arenosas y polvorientas convertidas en mercados y talleres, bulliciosas ... Al atardecer, regresamos a bordo.

Día 6º: Después del desayuno visitamos una aldea "peulh"; está poblada por varias familias nómadas; aproximadamente cada 4 ó 5 años se desplazan buscando pastos para sus rebaños de ganados que están formados por cientos de cebús, cientos de cabras y algunas ovejas. Los habitantes de la aldea son gente hospitalaria, simpáticos, curiosos, les encanta ver su imagen en la pantallita de la cámara de fotos, analfabetos casi en su totalidad, niños bulliciosos que desde pequeños cuidan los rebaños. Habitan cabañas hechas con ramas y paja de cuya construcción se encargan las mujeres y dentro de las cuales duermen, cocinan, guardan sus ropas, etc. Después de visitar la aldea, en autocar viajamos hasta la ciudad de Sant Louis. Por el camino, atravesamos varios poblados en los que todo era actividad mercantil: todos venden algo; también pudimos contemplar un gran número de árboles diferentes de la flora autóctona del país. Después de almorzar en Sant Louis, nos acercamos al faro de Gandiol donde embarcamos en una piragua a motor para navegar alrededor del parque natural de la Lengua de Barberie, donde anidan o descansan miles de aves. La excursión finalizó en un campamento junto a la citada reserva donde pasamos la noche. Un campamento con cómodas instalaciones (aunque con electricidad producida por generadores que se apagan a las 24 h), situado en una isla formada entre un brazo del delta del río Senegal a un lado y el Atlántico al otro, con una larguísima y paradisíaca playa virgen de arenas blancas.

Día 7º: A primera hora, regreso a Saint Louis y visita de la ciudad en calesa de caballos, recorriendo sus calles con edificios coloniales, el barrio de pescadores y el puente Faidherbe. La tarde libre para pasear por la ciudad.


Día 8º: Salida de Saint Louis para visitar el Lago Rosa, llamado así porque adquiere esta tonalidad de color con la radiación solar; conocido también por ser donde finaliza el rally París-Dakar. Después del almuerzo, traslado al aeropuerto de Dakar y regreso a España.

Al éxito de este viaje, también ha contribuído el "buen rollo" que se vivió en todo momento entre las 10 personas que formábamos el grupo y de forma muy especial al guía, CHEIKH (Shej), conocedor del país y conocido en cualquier lugar que visitábamos. No dudes en contactar con él si quieres organizar un viaje en grupo a Senegal, prescindiendo de agencias de viaje; ésta es su dirección de correo electrónico: cheikhpikine@yahoo.es y su página web: www.cheikh-senegal.com

La única nota negativa, estuvo en el barco Bou el Mogdad: la vida diaria de los 11 miembros de la tripulación de alguna manera recordaban los viejos tiempos de la esclavitud: servían para todo: mecánicos, camareros, mozos de limpieza ...; trabajaban bastante más que de sol a sol; comían en un plato común en un pasillo de la cubierta del barco; debían permanecer 8 meses a bordo, sin ver a sus familias; dormían en la bodega del barco, sin ni un solo "ojo de buey" por el que entrase luz o aire puro habiendo 20 camarotes desocupados; y cobrando unos 70 Euros al mes. Esclavitud del siglo XXI; inadmisible. Aún así, siempre estaban sonrientes y esforzándose para que nuestra estancia fuese agradable; el cocinero merece una mención especial, ya que nos cocinó unos manjares exquisitos y siempre con la sonrisa en los labios y sientiéndose orgulloso cuando le felicitábamos por su trabajo culinario.
Señores de Travelplan, deberían negarse a navegar con este barco si no mejoran las condiciones de trabajo de su tripulación; si no lo hacen, están contribuyendo, aunque sea de forma indirecta, a que la esclavitud continúe en pleno siglo XXI.


José M. Jiménez


SENEGAL-2007

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