
Como era de esperar recibí muchas felicitaciones, pero hubo dos a las que quiero hacer especial referencia por lo que conllevan de compañerismo y de amistad, valores éstos que son de suma importancia para mí.
La primera fue ya de buena mañana; estaba yo con tres
compañeras más de colonias (o campamentos) con un grupo de parvulitos; a la hora del desayuno y ante casi 200 niños, me colocan la corona de cumpleaños al igual que hacen con los peques y un montón de voces blancas me cantan el "cumpleaños feliz"; incluso la corona de cumpleaños la llevaron preparada desde el colegio ; es decir, todo premeditado. ¿No es una gozada tener compañeras así?.
La segunda fue por la noche. Todos los amigos y amigas de la "Cuchipandi" me homenajearon con una cena en un restaurante de la ciudad. No tenía ni la más remota idea de lo que habían preparado y llevaban preperándolo hace casi dos meses. Cuando llegué y los vi a todos sentados alrededor de la mesa, he de confesar que me quedé
literalmente parado; durante unos minutos no supe ni pude reaccionar. No sabría describir lo que sentí en ese momento, pero estoy seguro que tener amigos y amigas así no tiene precio.

Hasta tuvieron el detalle de poner la foto de las murallas de mi ciudad en la tarta; foto comestible, claro.
Me permito incluir esta entrada en mi blog, no sólo para agradecer públicamente a mis amigos lo que hicieron, sino también para poner en un alto pedestal el valor de la amistad.