La muerte se ha cebado con mi escuela. Es la segunda vez en cuatro meses. El Miércoles pasado se llevó para siempre y de una forma cruel al compañero Ramiro. Una buena persona, buen profesional, mejor padre, alegre, abierto.
Echaré de menos nuestras divertidas discusiones sobre el idioma sentados a la mesa del comedor del cole. ¿Recuerdas?.
Señora Muerte: ¿Por qué te has fijado en mi escuela? ¿Acaso te estás vengando por alguna razón que no sepamos?. Estás causando mucho dolor a mí, a mis compañeros y a muchos niños inocentes que no acaban de comprenderte. ¿No crees que deberías dejarnos saborear lo bonita que es la vida?. Tómate unas largas, muy largas vacaciones antes de que decidas volver a visitarnos.
Hasta siempre, compañero.
1 comentario:
La muerte inmunda. La sucia muerte. La inevitable. Nos quedamos secos, sin respuestas ante su presencia. Ella es la última. La oscura. Ojalá tuviera alma. Se alejaría un poco de los inocentes. Pero es ciega y no salva.
Publicar un comentario