Un 10 de Febrero de 1919 (¡ hace ya 89 años !), en Padiernos, un pueblecito cercano a la ciudad de Ávila, nació un bebé que, treinta años después sería mi padre; mi punto de referencia a lo largo de mi vida.
Hombre bondadoso, autodidacta, responsable, por citar algunas de sus muchas y buenas cualidades, ha sabido educar y "sacar adelante" a sus cinco hijos a pesar de las contrariedades que la vida le ha presentado.
Efectivamente, su vida no ha sido lo que podríamos decir un camino de rosas; nació en el seno de una familia rural humilde; la infancia le jugó una mala pasada al quedar huérfano de padre a los siete años; durante su juventud, tuvo que sufrir en vivo parte de la guerra civil; sus comienzos como peón caminero en el Ministerio de Obras Públicas fueron muy duros: ¿recuerdas la casilla del puerto de Menga, las "roncheras", el cándil de carburo, las cabras que una mala noche mataron los lobos, el frío, las ventiscas ...?. Con tesón y con su afán de superación, consiguió alcanzar el más alto peldaño de su vida profesional.
Pero la vida le volvió a jugar otras malas pasadas, las peores. Una enfermedad ocular le ha ido apagando la luz poco a poco, sumiéndole en la oscuridad permanente, impidiéndole ver crecer a sus nietos. Hace ocho años, su compañera de siempre, mi madre, le abandonó para siempre; seguro que se encontrarán en el más allá.
No sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por nosotros: tus esfuerzos, tu educación, tus consejos, tu regañinas y sobre todo tu cariño de padre. La verdad que no es fácil.
Muchas FELICIDADES. Siente en la distancia el abrazo que desearía darte de verdad.
Hombre bondadoso, autodidacta, responsable, por citar algunas de sus muchas y buenas cualidades, ha sabido educar y "sacar adelante" a sus cinco hijos a pesar de las contrariedades que la vida le ha presentado.
Efectivamente, su vida no ha sido lo que podríamos decir un camino de rosas; nació en el seno de una familia rural humilde; la infancia le jugó una mala pasada al quedar huérfano de padre a los siete años; durante su juventud, tuvo que sufrir en vivo parte de la guerra civil; sus comienzos como peón caminero en el Ministerio de Obras Públicas fueron muy duros: ¿recuerdas la casilla del puerto de Menga, las "roncheras", el cándil de carburo, las cabras que una mala noche mataron los lobos, el frío, las ventiscas ...?. Con tesón y con su afán de superación, consiguió alcanzar el más alto peldaño de su vida profesional.
Pero la vida le volvió a jugar otras malas pasadas, las peores. Una enfermedad ocular le ha ido apagando la luz poco a poco, sumiéndole en la oscuridad permanente, impidiéndole ver crecer a sus nietos. Hace ocho años, su compañera de siempre, mi madre, le abandonó para siempre; seguro que se encontrarán en el más allá.
No sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por nosotros: tus esfuerzos, tu educación, tus consejos, tu regañinas y sobre todo tu cariño de padre. La verdad que no es fácil.
Muchas FELICIDADES. Siente en la distancia el abrazo que desearía darte de verdad.
2 comentarios:
Perfecto, hermano.
Seguro que a Papá le encantará ( y a mamá también).
Un beso muy fuerte
PEPE
Hola Jose Maria, paseando por tu blog, que me parece magnifico, me ha emocionado el escrito dedicado a tu padre ...
Me parece un homenaje precioso y quiero unirme a el ...
Un hijo que habla asi de su padre, es sin duda un buen hijo ...
Un abrazo para ti
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