CÓMO SE PASA LA VIDA ...

(Esta entrada la redacté hace algunas semanas con la intención de publicarla hoy, día 10 de Febrero. La presento tal y como la redacté, salvo el final que he debido modificarlo.

Si leéis el escrito comprenderéis el por qué de esta intruducción).

Le miro y le veo sentado en su sofá, enjuto, con las manos recogidas entre las piernas, cabizbajo, los ojos casi cerrados que de vez en cuando abre aunque de poco le sirve porque no puede ver.
Se me hace muy duro y muy triste verle así; siento rabia de impotencia; pero soy consciente de que poco o nada puedo hacer.
Intento entablar una conversación con él evocando vivencias de tiempos pasados que le gusta recordar y a veces esboza una sonrisa, incluso alguna risita de verdad; a los pocos minutos se cansa, se ausenta y prefiero dejarle tranquilo; más tarde quizás seguiremos otro ratito.
La vida no ha sido para él lo que se dice un camino de rosas; por el contrario, creo que no ha sido demasiado justa con él; le ha jugado demasiadas malas pasadas:
* De niño quedó huérfano de padre a los siete años, siendo el mayor de tres hermanos.
* De joven, a los 21, la vista le puso la primera zancadilla y no le permitió seguir la vida militar que había comenzado.
* Ya en la madurez, de nuevo la vista le provoca un serio accidente de coche y debe adelantar su jubilación.
* Algunos años más tarde, el sentido de la vista se niega a trabajar con él y le sume en las tinieblas de la ceguera.
Pero ha sido un gran hombre y sobre todo un gran padre. Puede sentirse orgulloso de, con su fiel Alejandra, haber sabido educar y "sacar adelante" a sus cinco hijos, hoy infinitamente agradecidos por sus esfuerzos y por sus desvelos.
Hombre autodidacta, dinámico, constante, con gran fuerza de voluntad y con ganas de superarse a sí mismo siempre. Con tesón consiguió alcanzar el más alto nivel en su vida profesional. Conocido y respetado en cualquier punto de la provincia de Ávila donde el trabajo le obligaba personarse.
Cientos de vivencias se agolpan en mi cabeza mientras le miro y le veo sentado en su sofá, enjuto, con las manos recogidas entre las piernas, cabizbajo, los ojos casi cerrados que de vez en cuando abre aunque de poco le sirve porque no puede ver.

Hoy mi padre hubiera cumplido 90 años. No lo ha conseguido; su corazón se negó a seguir repartiendo vida por su cuerpo y nos abandonó para siempre hace dos días. A lo mejor ha preferido celebrarlo con su fiel Alejandra con quien se ha reunido de nuevo después de 9 años.
Ya no estás aquí, pero sigues y seguirás estando siempre; por eso: FELICIDADEDS PAPA. FELICIDADES A LOS DOS.