Desde que hace algunos años empezó a ponerse de moda este invento, creo que de origen francés, con el objetivo de regular el tráfico rodado, las rotondas han proliferado como setas por doquier. La ciudad de Ávila no es una excepción; hay decenas de ellas por toda la ciudad, pero lo que me llama la atención es que todas están ajardinadas con esmero y las más grandes, las situadas en los cruces de las calles y avenidas principales, tienen además un monumento, una estatua, una escultura o una fuente en el centro. No es que sean un museo al aire libre, pero sin duda dan un toque de alegría a las calles y avenidas, rompiendo la monotonía del negro asfalto.
Dada la diversidad de su decoración, no estaría de más que el Ayuntamiento editase un folleto explicando el significado del monumento de cada una de estas rotondas; estoy seguro que sería interesante para los visitantes e incluso para los propios abulenses.
3 comentarios:
Bueeeno. Así, así, me llevo con las esculturas de las rotondas de donde vivo. Las he re-bautizado a todas.
Eso sí, nuestro ayuntamiento reparte todos los años un calendario y lo hace con esas esculturas y otras de la ciudad, con los nombres de los autores y el título.
Lo puedes sugerir, a ver si te hacen caso :0)
Un abrazo
Es cierto que rompen agradablemente con la monotonía del alfalto. Y estaría bien documentar a los visitantes. Bs.
Me parece muy buena tu idea, José María. Es verdad que sirven de decoración, pero hay algunas esculturas que no se sabe quién es su autor o lo que significan en la vida de la ciudad. En Santa Cruz pusieron hace año una que la gente bautizó como "los huevos del alcalde"... (supongo que por su parecido, ja, ja). Abrazos
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